San Agustín
Un hombre susurró: "Dios, habla conmigo".
Y un Ruiseñor comenzó a cantar. Pero el hombre no oyó.
El hombre repitió: "Dios, habla conmigo"
Y el eco de un trueno se oyó. Mas el hombre fue incapaz de oír.
El hombre miró alrededor y dijo: "Dios, déjame verte".
Una Estrella brilló en el cielo.Pero el hombre no la vio.
El hombre comenzó a gritar: "Dios, muéstrame un milagro".
Un Niño nació, mas el hombre no sintió el latir de la vida.
El hombre comenzó a llorar y a desesperarse: "Dios, tócame y déjame saber que estás aquí conmigo...".
Y una Mariposa se posó suavemente en su hombro. El hombre espantó la mariposa con la mano y desilusionado continuó su camino, triste, solo y con miedo.
¿Hasta cuándo mantendremos nuestros ojos y nuestros corazones cerrados, para los milagros de la vida, que se nos presentan en todo momento?
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