Necesitamos esa clase de sabiduría para vencer la ansiedad creada por nuestros fracasos pasados y el temor de repetirlos en el futuro, una ansiedad que nos impide vivir plenamente ahora.
Pablo pudo “olvidar” su pasado y esperar su futuro (Filipenses 3:13-14). Eso no significa que su memoria se haya borrado; significa que Pablo era libre de toda culpa o el orgullo que puede haber sentido por sus acciones pasadas porque Dios lo había perdonado. Esta actitud lo capacitó para vivir en el presente y proseguir “hacia la meta para obtener el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”. O sea que él tenía una pasión impulsora: conocer mejor a Cristo.
Ahora que cerramos el capítulo del año 2008, dediquemos nuestra vida de nuevo a Cristo. Jesús nos va a capacitar para vivir plenamente en el presente al tiempo que obtenemos sabiduría del pasado y encaramos el futuro con valor.
No permitas nunca que un triste pasado ensombrezca un futuro brillante.
Filipenses 3:14,17
Prosigo hacia la meta… Hermanos, sed imitadores míos…
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