La vida es un constante proceso, una continua transformación en el tiempo, un nacer, morir y renacer.
¡Feliz pascua de resurrección!
¿Para que sirven los afanes de la vida?, ¿Porqué tanto sufrimiento?, ¿Dónde vamos cuando morimos?...
Todas estas y muchas más preguntas encuentran su respuesta en el gran misterio que celebramos los cristianos estos días: la resurrección. El Dios que se hace niño (Navidad) y el hombre-Dios que sufre hasta límites insospechados (Semana Santa) encuentran su clímax en la victoria sobre el pecado y la muerte.
Desde hace casi 2000 años, cuando un grupo de "locos" comenzaron (después de haberlo abandonado y esconderse...) a anunciar la resurrección de su maestro, la historia cambia radicalmente. Aquello que es lo más precioso para cualquier persona (su propia vida) deja de ser un fin absoluto. A aquellos que fueron cobardes en la Pasión, ahora no les importa morir como su Señor. Uno que los perseguía (San Pablo), afirma que todo lo estima basura en comparación con esta buena noticia de la resurrección. El imperio poco a poco cede al empuje de este grupo que cada vez crece más y más, como un poco de levadura que fermenta toda la masa. La historia y la vida del hombre cobran sentido. El hombre no tiene como horizonte último la muerte, sino la esperanza de una vida nueva.
¿Invención de unos cuantos?, ¿No será esta idea el "opio del pueblo" (como decía Nietzsche) para tener una ilusión en esta vida?, ¿Cómo podemos demostrar que la resurrección es verdad?
No hay más pruebas que la fe, no hay más testimonios que los que entregaron su vida por esta causa (que no son pocos...) pero lo que sí podemos afirmar los que creemos en Cristo es que sin resurrección esta vida es indigna de ser vivida, sin esa Esperanza nada tiene sentido, sin Dios la ley del más fuerte es lo único que vale...
Por todo ello ¡Feliz Pascua a todos!
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