Los momentos más felices que mi corazón conoce son aquellos en que derrama su afecto sobre unas cuantas personas estimadas.
Ya que se viene la celebración del día del cariño y la amistad... tanto hombres como mujeres ocupan un espacio único e irrepetible en el corazón de Dios. Es por eso que Él dio virtudes y cualidades únicas a cada uno.
EL HOMBRE Y LA MUJER
El hombre es la más elevada de todas las criaturas.
La mujer es el más sublime de todos los idealas.
Dios hizo par el hombre un trono;
para la mujer un altar.
El trono exalta, el altar santifica.
El hombre es el cerebro; la mujer el corazón.
El cerebro fabrica Luz; el corazón produce Amor.
La Luz fecunda; el Amor resucita.
El hombre es genio; la mujer Ángel.
El genio es inmensurable; el ángel es indefinible.
La aspiración del hombre es la suprema gloria.
La inspiración de la mujer es la virtud extrema.
La gloria hace todo lo grande; la virtud hace todo lo divino.
El hombre tiene la supremacía; la mujer la preferencia.
La supremacía significa la fuerza; la preferencia representa el derecho.
El hombre es fuerte por la razón; la mujer es invencible por las lágrimas.
La razón convence; las lágrimas conmueven.
El hombre es capaz de todos los heroísmos; la mujer de todos los martirios.
El heroísmo ennoblece; el martirio sublimiza.
El hombre es un código; la mujer un evangelio.
El código corrige; el evangelio perfecciona.
El hombre es un Templo; la mujer un Sagrario.
Ante el Templo nos descubrimos; ante el Sagrario nos arrodillamos.
Hombres y mujeres... todos somos imagen y semejanza de Dios. Él nos ha hecho sus hijos y como tales... somos bendecidos todos los días de nuestra vida. Amén por el amor que debemos demostrarnos unos para con los otros.
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