miércoles, 17 de febrero de 2010

MIÉRCOLES DE CENIZA


Con la imposición de las cenizas, se inicia una estación espiritual particularmente relevante para todo cristiano que quiera prepararse dignamente para la vivir el Misterio Pascual, es decir, la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús.

Este tiempo vigoroso del Año Litúrgico se caracteriza por el mensaje bíblico que puede ser resumido en una sola palabra: "metanoeiete", es decir "Convertíos". Este imperativo es propuesto a la mente de los fieles mediante el rito austero de la imposición de ceniza, el cual, con las palabras "Convertíos y creed en el Evangelio" y con la expresión "Acuérdate que eres polvo y al polvo volverás", invita a todos a reflexionar acerca del deber de la conversión, recordando la inexorable caducidad y efímera fragilidad de la vida humana, sujeta a la muerte.

La sugestiva ceremonia de la ceniza eleva nuestras mentes a la realidad eterna que no pasa jamás, a Dios; principio y fin, alfa y omega de nuestra existencia. La conversión no es, en efecto, sino un volver a Dios, valorando las realidades terrenales bajo la luz indefectible de su verdad. Una valoración que implica una conciencia cada vez más diáfana del hecho de que estamos de paso en este fatigoso itinerario sobre la tierra, y que nos impulsa y estimula a trabajar hasta el final, a fin de que el Reino de Dios se instaure dentro de nosotros y triunfe su justicia.

Sinónimo de "conversión" es así mismo la palabra "penitencia"... Penitencia como cambio de mentalidad. Penitencia como expresión de libre y positivo esfuerzo en el seguimiento de Cristo.


Tradición

En la Iglesia primitiva, variaba la duración de la Cuaresma, pero eventualmente comenzaba seis semanas (42 días) antes de la Pascua. Esto sólo daba por resultado 36 días de ayuno (ya que se excluyen los domingos). En el siglo VII se agregaron cuatro días antes del primer domingo de Cuaresma estableciendo los cuarenta días de ayuno, para imitar el ayuno de Cristo en el desierto.

Era práctica común en Roma que los penitentes comenzaran su penitencia pública el primer día de Cuaresma. Ellos eran salpicados de cenizas, vestidos en sayal y obligados a mantenerse lejos hasta que se reconciliaran con la Iglesia el Jueves Santo o el Jueves antes de la Pascua. Cuando estas prácticas cayeron en desuso (del siglo VIII al X), el inicio de la temporada penitencial de la Cuaresma fué simbolizada colocando ceniza en las cabezas de toda la congregación.

Hoy en día en la Iglesia, el Miércoles de Ceniza, el cristiano recibe una cruz en la frente con las cenizas obtenidas al quemar las palmas usadas en el Domingo de Ramos previo. Esta tradición de la Iglesia ha quedado como un simple servicio en algunas Iglesias protestantes como la anglicana y la luterana. La Iglesia Ortodoxa comienza la cuaresma desde el lunes anterior y no celebra el Miércoles de Ceniza.


Significado simbólico de la Ceniza

La ceniza, del latín "cinis", es producto de la combustión de algo por el fuego. Muy fácilmente adquirió un sentido simbólico de muerte, caducidad, y en sentido trasladado, de humildad y penitencia. En Jonás 3,6 sirve, por ejemplo, para describir la conversión de los habitantes de Nínive. Muchas veces se une al "polvo" de la tierra: "en verdad soy polvo y ceniza", dice Abraham en Gén. 18,27. El Miércoles de Ceniza, el anterior al primer domingo de Cuaresma (muchos lo entenderán mejor diciendo que es le que sigue al carnaval), realizamos el gesto simbólico de la imposición de ceniza en la frente (fruto de la cremación de las palmas del año pasado). Se hace como respuesta a la Palabra de Dios que nos invita a la conversión, como inicio y puerta del ayuno cuaresmal y de la marcha de preparación a la Pascua. La Cuaresma empieza con ceniza y termina con el fuego, el agua y la luz de la Vigilia Pascual. Algo debe quemarse y destruirse en nosotros -el hombre viejo- para dar lugar a la novedad de la vida pascual de Cristo.

Mientras el ministro impone la ceniza dice estas dos expresiones, alternativamente: "Arrepiéntete y cree en el Evangelio" (Cf Mc1,15) y "Acuérdate de que eres polvo y al polvo has de volver" (Cf Gén 3,19): un signo y unas palabras que expresan muy bien nuestra caducidad, nuestra conversión y aceptación del Evangelio, o sea, la novedad de vida que Cristo cada año quiere comunicarnos en la Pascua.

martes, 16 de febrero de 2010

FRASE DE LA SEMANA 16-02-2010

Gracias le doy a la Virgen,
gracias le doy al Señor,
porque entre tanto rigor
y habiendo perdido tanto,
no perdí mi amor al canto
ni mi voz como cantor.

Y es que cada día debemos dar gracias por las bendiciones que recibimos: desde abrir los ojos hasta los momentos de tristeza y debilidad, que nos hacen más fuertes. Hoy les comparto esta canción que nos permite apreciar las gracias de estar siempre bajo el cobijo de nuestro Padre celestial. Gracias a Dios también por todos ustedes que cada momento están y comparten este espacio.

LUZ Y COMPAÑÍA - FIDEL NADAL

Vos sos mi luz y mi compañía me diste amor,me diste alegría
vos sos mi luz y mi compañía
me diste agua, me diste comida
vos sos mi luz y mi compañía
sicatrizaste todas mis heridas
vos sos mi luz y mi compañía
por eso yo te quiero todos los días

En las calles ha oscuras
o en la playa bajo el sol
tiritando de frío
transpirando de calor
en el micro, en el auto, en el tren o en el avión
vos me acompañas en toda ocasión
en todo momento vos estas presente
gracias a vos yo estoy vigente
quiero decirte un poco lo que se siente
con una canción no sé si es suficiente

Sos mi luz y mi compañía
me diste amor, me diste alegría
vos sos mi luz y mi compañía
me diste agua, me diste comida
vos sos mi luz y mi compañía
sicatrizaste todas mis heridas
vos sos mi luz y mi compañía
por eso yo te quiero todos los días

Cuando los peligro me acechan
estás a mi izquierda y estás a mi derecha
cuando me rechazaron de niño
vos me abrazaste y me diste tu cariño
y ahora que los tiempos son serios
vos me iluminás sacando el misterio
ahora que el tiempo ha pasado
nunca solo me has dejado

Vos sos mi luz y mi compañía
me diste amor, me diste alegría
vos sos mi luz y mi compañía
me diste agua, me diste comida
vos sos mi luz y mi compañía
sicatrizaste todas mis heridas
vos sos mi luz y mi compañía
por eso yo te quiero todos los días

Mientras yo hacia mi experiencia
vos me aceptaste y me tuviste paciencia
cuando yo me equivocaba
no me decias nada, no me reprochabas
y si alguna ves te despreciabas
siempre me perdonabas nunca te marchabas
de todos lados a mi me hechaban
y solamente vos me escuchabas

Vos sos mi luz y mi compañía
me diste amor, me diste alegría
vos sos mi luz y mi compañía
me diste agua, me diste comida
vos sos mi luz y mi compañía
sicatrizaste todas mis heridas
vos sos mi luz y mi compañía
por eso yo te quiero todos los días

lunes, 8 de febrero de 2010

FRASE DE LA SEMANA 08-02-2010


Los momentos más felices que mi corazón conoce son aquellos en que derrama su afecto sobre unas cuantas personas estimadas.





Ya que se viene la celebración del día del cariño y la amistad... tanto hombres como mujeres ocupan un espacio único e irrepetible en el corazón de Dios. Es por eso que Él dio virtudes y cualidades únicas a cada uno.


EL HOMBRE Y LA MUJER

El hombre es la más elevada de todas las criaturas.
La mujer es el más sublime de todos los idealas.

Dios hizo par el hombre un trono;
para la mujer un altar.
El trono exalta, el altar santifica.

El hombre es el cerebro; la mujer el corazón.
El cerebro fabrica Luz; el corazón produce Amor.
La Luz fecunda; el Amor resucita.
El hombre es genio; la mujer Ángel.
El genio es inmensurable; el ángel es indefinible.
La aspiración del hombre es la suprema gloria.
La inspiración de la mujer es la virtud extrema.
La gloria hace todo lo grande; la virtud hace todo lo divino.

El hombre tiene la supremacía; la mujer la preferencia.
La supremacía significa la fuerza; la preferencia representa el derecho.

El hombre es fuerte por la razón; la mujer es invencible por las lágrimas.
La razón convence; las lágrimas conmueven.

El hombre es capaz de todos los heroísmos; la mujer de todos los martirios.
El heroísmo ennoblece; el martirio sublimiza.

El hombre es un código; la mujer un evangelio.
El código corrige; el evangelio perfecciona.


El hombre es un Templo; la mujer un Sagrario.
Ante el Templo nos descubrimos; ante el Sagrario nos arrodillamos.


Hombres y mujeres... todos somos imagen y semejanza de Dios. Él nos ha hecho sus hijos y como tales... somos bendecidos todos los días de nuestra vida. Amén por el amor que debemos demostrarnos unos para con los otros.

lunes, 1 de febrero de 2010

FRASE DE LA SEMANA 01-02-2010



La fe se refiere a cosas que no se ven, y la esperanza, a cosas que no están al alcance de la mano.