Para todos los amigos de este espacio y en especial a aquellos que viven fuera de las fronteras de Guatemala, es para mí un placer darles a conocer un poco de las tradiciones y actividades que sobresalieron durante las actividades de Semana Santa en mi querida tierra Guatemala.
Es interesante destacar que en Guatemala existen tradiciones muy particulares respecto a cómo se vive la semana mayor. Básicamente la idea, de realizar este pequeño spot, es mostrarles algunas características y fotitas de lo que resalta y le da vida a esta tierra. Desde la comida, pasando por las actividades religiosas, el color, olor y escenas que se viven son tan emblemáticas que no podía dejarlas pasar.
Disfruten conmigo de este pequeño spot, así como yo disfruto tratando de relatarles con estas palabritas, este país de mil colores. Y a pesar de que somos un país pequeño, un poco ingenuo, con características negativas (la mayoría de veces siempre observamos lo malo y no lo bueno) aún así, hay cositas que nos diferencian del resto.
Veamos:
Durante el periódo de cuaresma, da inicio en Guatemala la venta de muchos artículos, comidas y cultivos que sólo se dan durante estas fechas. Una de ellas es el corozo.
Durante el periódo de cuaresma, da inicio en Guatemala la venta de muchos artículos, comidas y cultivos que sólo se dan durante estas fechas. Una de ellas es el corozo.
Esta vaina de la que se extraen estas ramitas despiden un olor muy agradable, que juntamente con el incienso marcan el olor propio de estas fechas. El colorido de las flores en las iglesias y casas es acompañado con el Corozo en la elaboración de pequeños Huertos y altares para rendir una ofrenda al Señor.
Así pues, calles y avenidas se llenan de colores y sabores. En especial en los alrededores de las iglesias, en donde ventas de comida, ventas de plataninas y chicharrines, churros, buñuelos en miel, pezcado a la vizcaína, torrejas y molletes en miel, el mole dulce con plátano frito, el fresco de zúchiles, las empanadas de manjar, nos muestran las virtudes culinarias de las mujeres y hombres guatemaltecos que cada año buscan degustar el paladar del público.
Y ya propiamente en Semana Santa. Lo más representativo lo conforman los cortejos procesionales. Miles de personas se hacen presentes a lo largo de las calles del centro de la ciudad, así como en las principales ciudades del país, para observar y ser parte de las procesiones. Las andas e imágenes que nos recuerdan la pasión del Señor salen a las calles a derramar bendiciones y recordarnos el sacrificio hecho por el Hijo de Dios. Fe, arte, tradición y cultura es lo que representan estos cortejos. Las calles se abarrotan de gente, ventas, alfombras de aserrín teñido, pino, flores y todo aquello que permita el decorado en el transcurso del recorrido de los Nazarenos de las diferentes iglesias. Cada día de la Semana Santa se pueden observar de 1 a 3 cortejos.
Los cargadores, vestidos de traje o de túnica son mejor conocidos como Cucuruchos, se prestan para llevar en hombros las inmensas andas durante 1 cuadra. Llevando, tal y como lo hizo nuestro Señor, el peso del madero. Muchos de estos cucuruchos acompañan los cortejos durante todo su recorrido, de 8 a 13 horas de recorrido. Existen procesiones tan significativas y tan concurridas que muchas veces se ha ampliado el recorrido para que todos tengan la oportunidad de cargar.
Las alfombras muchas veces cuentan con diseños tan elaborados que quienes las hacen pasan de 8 a 10 o más horas elaborándolas. Se cierran las calles para hacerlas y es toda una actividad que muchos hacen largos viajes con tal de apreciar los diseños que en ellos se representan. Es por ello que las alfombras de la Ciudad de Antigua Guatemala son tan conocidos y apreciados.
Una época en la que la gente se hace presente a cada instante: vendedores, ventas, los que barren, los músicos que acompañan los cortejos, los cargadores o los que son parte de las cofradías y cada uno representa parte de lo que se ve durante las actividades en las calles.
Semana Santa en Guatemala. Quizá yo no sea tan adepto a conocer cada aspecto de estas actividades, quizá no participe de lleno en ser cargador, en preparar platillos para comer, en elaborar alfombras, en practicar los preceptos eclesiales de la época, pero hago lo que puedo.
Guatemala me ha dado la oportunidad de conocer en carne viva parte de estas tradiciones, costumbres y cosas curiosas que las fechas nos brindan. El espíritu conlleva más que ello, sin embargo vivirlas es tan vivificador y nos mantiene constantes en la búsqueda.
Para todos con mucho cariño... ojalá puedan alguna vez venirla a vivir acá con nosotros... los esperaremos con los brazos abiertos
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